martes, 5 de junio de 2012

Cómo anular la Historia




Leo este artículo y siento mi inteligencia profundamente insultada. Empieza afirmando categóricamente que “el peor daño que se le puede hacer a una persona es darle todo”. Listo, entonces por afirmación contrafáctica lo mejor que se le puede hacer a una persona es quitarle todo. Entonces, no sé de qué se quejaban los judíos y gitanos cuando eran llevados a los campos de extermino, o por qué no fueron más agradecidos los disidentes de la Unión Soviética con Stalin cuando le estaban haciendo el mejor de los favores al meterlos en un gulag.

“Quién quiere anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo”, continúa. Ah, mirá vos, yo pensé que era el esfuerzo sobrehumano de los niños y mujeres que trabajaban 16 hs diarias hasta morirse durante la Revolución Industrial o el régimen de la “mita” en el cual los aborígenes morían de cansancio debido al agotamiento lo que anulaba a las personas.

“Regálele comida (…) y todo lo que necesita (…) así le evita usar todas sus potencialidades”. En serio, me pregunto si me están cargando con este artículo. ¿Cómo puede alguien desplegar todas sus cualidades sin tener comida? Es más, la pobreza deja heridas para toda la vida, heridas que no se ven. Un chico que nace desnutrido, cuyos padres no lo han podido atender con los cuidados que requiere y sin tiempo para haber sido estimulado arranca la carrera de la vida 100 metros atrás que un chico que no padeció esas carencias. No conforme con eso, continúa diciendo que cosas como estas cercenan la creatividad de las personas. Claro, que esta colombiana en cuestión venga para acá y festeje la “creatividad” de nuestros cartoneros que se las ingeniaron cual vanguardistas de las miseria.

Otra cosa indignante es la utilización sistemática de “pobre” como si se tratase de una subespecie humana. No hay “pobres”, en todo caso existen personas en condición de pobreza. Y es justamente esta pobreza la que les impide desarrollar su potencial. Y no, no es que esto las ubique en condición de víctimas, sino que el sistema las ha hecho víctimas y por eso necesitan urgentemente que esa situación sea reparada. No hay que invertir la cronología de los hechos históricos ¿Qué vamos a decir? ¿Qué a los descendientes de aborígenes de estas latitudes les gusta hacerse las víctimas viviendo en la más humillante de las miserias en el Chaco y en las villas de emergencia que bordean el Gran Buenos Aires? ¿O es más bien que estas personas fueron despojadas de todo lo que tenían para desarrollarse como individuos y comunidad? No sé, creo que si no se integra el concepto de “explotación” en este análisis, el sentido común (que no es otra cosa que la muerte de la reflexión) nos gana por goleada. No, no se equivoque, señora, no anule usted a la Historia. Los seres humanos no existen en el vacío, ellos, sus familias, sus comunidades, sus países, tienen un pasado que los condiciona profundamente. No se trata aquí de un simple voluntarismo personal. No es posible salir del estado actual de miseria mediante la salida individual, es una tarea de todos, por todos y para todos. Eso, que usted desprecia, se llama “solidaridad”, y sin ella la humanidad no tiene horizonte. Es la tarea del ciudadano en tanto que zoon politikon, es la tarea de la política. No trate de anularla, ¿si?

Agreguemos algo, es necesario saber quién es la persona que escribe la nota en cuestión. Se trata de una profesora de Comunicación de la Universidad Pontificia de Colombia. Si, así es, de la Iglesia Católica, la institución que más despóticamente ha ejercido la dominación en base a la caridad (no es de extrañar que haga una salvedad con respecto a la misma hacia el final).

No sé, quizás un esclavo traído desde Angola para trabajar de sol a sol en los campos de algodón de Texas hubiese sido un gran ejemplo de hombre para esta señora. Él sí que se esforzaba y sacaba todo su potencial, solo que en beneficio de otro que casualmente no se esforzaba demasiado.