Éste artículo servirá para aclarar dos cosas: 1) Porque el interés particular en Carrió; y 2) La conexión de lo irracional con los poderes concentrados de la económica. Para hacerlo voy a recurrir a un idealtypen del discurso irracional: Adolf Hitler. Repito, es sólo un tipo ideal, de ninguna manera estoy poniendo en pie de igualdad a Elisa Carrió con el führer, sería una locura hacerlo. Una locura similar al discurso de Carrió asimilando a Kirchner con el dictador del Tercer Reich.
Éstas ideas en realidad fueron disparadas por una conversación que tuve con el profesor Juan Pablo Angelone (1) sobre el Estado totalitario nazi. Angelone me comentó lo llamativo que le resultaba el tratamiento que se le daba al discurso de Hitler, calificándolo siempre como “cosas de un loquito” y como se ignoraba a todo lo racional que rodeaba a ese personaje que portaba un discurso irracional. Mencionó también una serie de preguntas inquietantes: “¿qué contexto social posibilita que un "loco" llegue al poder? ¿Qué pasa con los "cuerdos" a cuyos intereses respondería ese loco?”. En fin, como se banalizan los procesos históricos al decir que aquello fue culpa de un “loquito”.
Es que la banalización es un velo, un velo que se tiende sobre la realidad para ocultar el lazo que une, en ciertos casos, al discurso irracional en la superestructura en profundo matrimonio con los intereses de los poderes concentrados que habitan en la estructura. Con la adjetivación de “loco” a Adolf Hitler se esconde la complicidad que tuvieron las grandes empresas alemanas en apoyar ese proyecto de capitalismo estructural y totalitarismo superestructural (2). Así, el apoyo de IBM (3), Mercedes Benz (4), Siemens (5), etc., al régimen nazi quedó desvanecido en tanta adjetivación de “loco”, “demente” y “fanático”. Es que lo irracional suele cumplir (bajo ciertas circunstancias) un rol para la racionalidad económica.
(1) Profesor de la cátedra de Análisis del Sistema Internacional de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario y escritor de varios libros como “Por arte, al amor” y “Argentinalgia”, entre otros.
(2) Más información al respecto en Elías Díaz, “Estado de derecho y sociedad democrática”.