sábado, 31 de julio de 2010

Zorros, ratas y vacas en la Rural.

Durante el conflicto del campo en 2008 Carrió dijo que la 125 (incluso la versión reformada que salió de diputados) se trataba de un robo para los pequeños productores. Llamo la atención sobre la palabra “robo”: la misma tiene un carácter confesional y a su vez un cariz liberal. Es confesional en tanto que intenta traer a la batalla discursiva un mandamiento, es decir, no se trata de una imposición fiscal sino lisa y llanamente de un “robo”. Y es liberal en tanto que el Estado aparece en su discurso solo como un actor que trata de acotar constantemente las libertades y apropiarse ilegítimamente de la producción de riqueza de la sociedad civil. Pecado y propiedad privada sagrada se funden en un solo relato y cierran filas contra las posibilidades de acción del Estado.

Hace unos días la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Confederación Rural Argentina (CRA) anunciaron sus intenciones de que se les bajen al 0% los impuestos a la exportación con respecto a la soja. Su proyecto no contempla segmentación alguna. La Federación Agraria Argentina (FAA), mediante su presidente Eduardo Buzzi, expresó su disconformidad por dejarlos en pie de igualdad con quienes no son sus iguales. Carrió, se convirtió en vocera de los intereses concentrados y apoyo a la SRA. Buzzi contestó que "el proyecto de Carrió favorece a los pooles".  Carrió contestó una vez más con el discurso confesional: No estoy en contra de la segmentación, sino por una cuestión práctica, que es que el pequeño productor dice que no quiere que alguien tenga que devolverle el dinero hartos de coimear y hacer trámites burocráticos (1). Nótese que el discurso lleva nuevamente el pecado como protagonista (la coima), tendiendo la trampa de poner al frente las cuestiones de procedimiento y no las de fondo. El fondo es que la ausencia de una apropiada segmentación terminará por imponer un proyecto monocultivista, de desforestación predatoria y en el cual tendremos soja sembrada hasta en el bidet. De cualquier manera no puedo resistirme las ganas de decirle a Buzzi: “Jodete, te avisamos”.

La conferencia de los opositores moderada por el periodista Joaquín Morales Solá en la Rural es igualmente llamativa: poder económico concentrado, poder comunicacional concentrado, opositores y antagonistas, todos en un mismo retrato. Así aparecen en escena los actores políticos, pero “actores políticos” en el sentido más burdo de la palabra, ya que el guión se los escribe el poder corporativo concentrado. No es de extrañar entonces que en el Congreso de la Nación se vean más trajes de lentejuelas y plumas, que hombres vestidos de toga.


viernes, 30 de julio de 2010

Opositores y antagonistas

Una y otra cosa son diferentes. La oposición intenta construir un relato que es línea de acción  política. Por lo tanto, la oposición se mueve en el campo de la política (como construcción de poder mediante la confrontación de fuerzas, pero también mediante la negociación) y se inserta en el sistema democrático a la espera de ocupar el poder. El antagonismo, por otra parte, al construir un relato confesional-radical (al hablar de “radical” no se hace referencia a la militancia en la UCR sino a una polarización extrema) se aleja del mundo político para adentrarse en el mundo de la fe, por tanto contrario a la razón. Su relato se traslada por fuera de lo político y al borde del sistema democrático.

El antagonista puede sacar frutos de su rol ocasionalmente. Pero, al igual que en la literatura ficcional, el antagonista lo único que hace es medir fuerzas con el protagonista. Lo cual lleva a quienes ocupan el rol de antagonistas a una increíble paradoja: el antagonista, en tanto ocupa un rol de antagonismo, sólo puede ser antagonista y nunca protagonista. El protagonismo generalmente es para quienes hacen política.

En la próxima entrega prometo ya adentrarme en los temas de actualidad, pero creía necesarias éstas definiciones conceptuales previas.

jueves, 29 de julio de 2010

Presentación en sociedad

Saramago alguna vez formuló una de las preguntas más incómodas que se puede hacer quien escribe: ¿para qué escribe el escritor? Posteriormente dijo que él no escribía para agradar sino para desahogar. Si enfrentó aquella incómoda pregunta a éste naciente blog y a mí mismo como (intento de) escritor debo contestarme lo siguiente: porque estoy cansado. Sí, estoy cansado de la irresponsabilidad e incoherencia discursiva de Elisa Carrió. Estoy cansado de vociferar contra el televisor cada vez que escucho repetir de sus labios el relato teocrático-radical. Estoy cansado de la complicidad de quienes la entrevistan, periodistas reptantes que callan las preguntas que cualquier ser con raciocinio le efectuaría. Estoy cansado de su mirada con la esquina de los ojos y sus guiños picarescos. Estoy cansado, por eso escribo.

El fin del blog es llevar adelante un “accountability” sobre el discurso de Elisa Carrió, desentrañar sus aspectos racionales y desenredar sus aspectos irracionales para volverlos inteligibles y someterlos a análisis. Para ello es necesario situar al discurso y al personaje, clasificarlos. Y también, para ser completamente honestos, declarar desde que lugar se va a analizar dicho discurso, vale decir, desde donde se editorializa.
Situar a Elisa Carrió es una de las tareas más difíciles. Algunos intentan ubicarla en el espectro ideológico de derecha-izquierda dentro del campo opositor. Considero que esos esfuerzos además de resultar insatisfactorios son, sobre todo, incorrectos. Tanto la derecha como la izquierda a nivel discursivo encierran una lógica, una racionalidad. El problema con Elisa Carrió es que su discurso contiene altas dosis de irracionalidad, por lo tanto no se la puede situar correctamente en el campo de la oposición según su orientación ideológica. Por lo tanto, sostengo que Elisa Carrió, por su discurso de matriz teocrático-radical (con aristas habermasianas diluidas en un liberalismo de lugares comunes que terminan por desembocar siempre en un mar antiperonista), no es una opositora sino una antagonista.

Ahora, nobleza obliga, quien escribe debe, para ser honesto, indicar desde donde lo hace. Adhiero al materialismo histórico, sobre todo a la corriente originada en la CEPAL en sus diferentes sub-variantes. A su vez tengo como autores de cabecera a Antonio Gramsci y a Pierre Bourdieu (ya sé, éste último no es un materialista histórico en sentido estricto).

Para finalizar, advierto lo siguiente: a) Decir que es un análisis psicodiscursivo es algo pretencioso y no creo poder satisfacer en su totalidad al lector; b) Las siguientes entradas probablemente consten de uno o dos párrafos, ya que tiendo a tener una estética literaria que coquetea con el aforismo; c) La utilización del sarcasmo y el humor como formas de reflexión violenta serán utilizadas de forma constante en el blog; d) Utilizaré términos y conceptos propios de la filosofía-política algo elaborados, no por vanidad sino para ahorrar en caracteres a la hora de escribir.

Espero que éste blog sea una forma de desatar el nudo de mi frustración, funcionando como un diván para mí y, si tengo suerte, para ustedes.