jueves, 27 de octubre de 2011

Volver hecho millones

Hace un año se perdió a un líder, hoy un pueblo señala el camino. Hace un año un hombre cerró los ojos, hoy millones los han abierto. Hace un año un tipo se iba para siempre, hoy miles marchan hacia la plaza. Hoy voy a la plaza.

Pegame, pegame y decíme que lo hago por un interés espurreó. Que por cada cachetada te devuelvo con mil besos. Dale, decime yupie interesado en manejar una empresa estatal, que te contesto con mil voluntades. Dale, que por ser pueblo me consideras gastable. Dale.

Dale, seguí con la perorata de “que el pueblo también se equivoca”, claro, porque la intelectualidad vanguardista no lo hace nunca, ¿no? Dale, ¿con qué más tenés para tirarme? Por ser de manual me vas a decir “la mayoría no implica la Verdad”, “millones de moscas comen mierda…”, pero te vas a equivocar de nuevo, porque no queremos imponer una Verdad en tanto que mayoría, sino una decisión política. Para algo somos soberanos, ¿no? Entonces, pégame, que te la bajo de pecho y te la clavo en el ángulo.

Pegame, peganos, y creete que sos especial por pertenecer a una minoría conocedora de una Verdad más verdadera que la Verdad, a la que sólo vos y unos pocos más tienen acceso. Dale. Conozco ese sentimiento cuasi-mesiánico que sienten las minorías. Lo conozco bien porque estuve ahí toda mi vida. Y ya no lo siento más porque por primera vez en mi vida mis principios coinciden con los de la mayoría. ¿Y sabes qué? Podría hacer lo que haces vos, encerrarme en mi vanidad vanguardista y seguir creyéndome especial. Pero elijo ser sincero conmigo mismo. Dejé huérfana mi vanidad para darme un baño de humildad entre la multitud. No como borrego, sino como subjetividad contigua a otras tantas subjetividades que forman la identidad de este Pueblo. Una pluralidad que camina en la misma dirección, entiende la Patria en el mismo sentido y levanta la Justicia Social como una bandera.

Se fue pero hoy vuelven millones.

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